Rubricado por el estudio parisino Parallel Studio, el nuevo anuncio de Porsche amalgama ilustraciones a mano y animaciones 3D.
En un momento en el que la IA parece estar invadiendo buena parte de las campañas nacidas al calor de la Navidad, Porsche ha decidido dar deliberadamente la espalda a la tecnología de moda en un spot navideño, «The Coded Love Letter», que destaca inevitablemente entre la multitud por ser completamente ajeno a la inteligencia artificial y sus luces de neón.
Rubricado por la estudio parisino Parallel Studio, el nuevo anuncio animado del fabricante automovilístico alemán amalgama ilustraciones a mano y animaciones 3D. Y su estética, que rezuma humanidad, contrasta vivamente con el estilo ultradepurado (fruto de la IA) que se observa actualmente en muchas campañas navideñas.
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Más allá de por su delicioso estilo visual, «The Coded Love Letter» destaca también por ser un spot de naturaleza interactiva. En el anuncio hay ocho referencias ocultas que están emparentadas directamente con la historia y el legado de Porsche y que el espectador está invitado por supuesto a descubrir. De esta forma, el visionado del spot termina convirtiéndose en un apasionante juego que anima al espectador a contemplar una y otra vez la pieza buscando detalles que quizás habían pasado inadvertidos a priori.
Elementos relacionados con el diseño, la escudería de Fórmula 1 y los símbolos primigenios de la marca de origen teutón están sutilmente imbricados en el metraje del anuncio, que está pensado para ser saboreado lentamente (contraponiéndose al consumo ultrarrápido de contenidos que impera actualmente en las redes sociales).
En un momento en el que la fatiga emanada del consumo de contenidos alumbrados con la mediación de la IA comienza a hacer mella en el espectador, el nuevo spot de Porsche constituye un soplo de aire fresco con sus pequeñas imperfecciones (que son a la postre la prueba de su origen 100% humano).
Eligiendo además un anuncio cuya narrativa visual está firmemente anclada en la paciencia y en la atención, Porsche se muestra además fiel a su ADN, un ADN en el que los detalles, la precisión y la tradición tienen muchísimo peso. Y siendo fiel a sus valores, la marca logra simultáneamente despertar la curiosidad y la emoción del espectador.
